lunes, 29 de septiembre de 2008

Libros de texto

Los libros de texto me han parecido siempre como los instrumentos Orff: cosas que son y no son; "son", claro, pero sólo en aquellos aspectos en que menos habrían de ser. Y no son en las cosas en que... Lo que nos gusta de libros e instrumentos parece en ellos estar ausente. Sólo viven en el aire de las aulas, haciéndolo aún más rancio. Pasa también con algunas reproducciones malas de instrumentos antiguos. Un amigo (Miguel) dice: "al coger un instrumento de verdad uno siente como si tomara un cachorro en brazos: bulle tibio".
Pues eso: que ni los instrumentos escolares, ni los libros de texto dan para fiestas, ni para complicidades.
-Mira, tío, me he traído el xilófono tenor; lo vamos a pasar en grande...
-Mete dentro el hamster

Un libro de texto es un folleto gordo que se vuelve odioso, triste o invisible; tarde o temprano.

Lo que digo admite obviamente matices, porque los libros de texto son variados en su calidad y han ido cambiando a lo largo del tiempo. Los que tiran (casi se podría decir: los que tiraban) a manual tienen una razón de ser y un atractivo mayores.

Tampoco estoy muy seguro (a pesar de que, como profe, nunca los he usado) de que sea mejor impartir las materias de la secundaria sin libros de texto. Eso de pasar de los libros tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero creo que las primeras aumentan desde que los libros se han convertido en repertorios (más o menos inspirados, más o menos improvisados) de actividades.

Los libros de texto suponen el grueso de la industria editorial española. El debate en torno a ellos suele consistir en recordar las empresas que pertenecen a PRISA y las que tienen conexión con la iglesia (católica). Prisa o misa. Ente los docentes, la conversación gira alrededor de la insensatez de la gratuidad, asunto sobre el que volveremos.

Mi propósito ahora es sólo decir que mi sistema de trabajo (sistema modesto: que en la enseñanza las cosas no son el recopetín, sino tirando a reguleras) en estos veinte años ha consistido en estimular entre los alumnos el uso de libros (e instrumentos) reales... Instrumentos como las manos o la voz para empezar. Libros como los que ellos pueden llegar a hacer (a imitación de los que existen) encuadernando y dando forma a sus investigaciones, a sus trabajos e imitaciones.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Rebeldía del hombre contra sus límites biológicos

La "rebeldía del hombre contra sus límites biológicos", esa "versión moderna del querer ser como Dios Creador y no sus criaturas, de no aceptar su ley, que muestra los bienes fundamentales del hombre y de la sociedad y, por ello, garantiza la dignidad, la libertad y la igualdad de los hombres mejor que cualquier construcción humana al margen de ella"; esa rebeldía hace que, no conformes con ser homosexuales, algunos individuos quieran también ser.... Cristianos

Madre, no te pongas triste
Cara de virgen, aquí estoy yo
Madre, sigue adelante
no tengas temor
No soy un ladrón que roba el corazón
Tengo un corazón y un buen corazón
Quien nos margina comete un error
Madre, en mi alma siento un gran dolor
por aquellos que son marginados sin razón
Madre, quien nos margina creo que peca contra Dios
¿En cuerpo y alma nos creó?
Tengo un frágil corazón
Quien nos margina comete un error

(chorus)

Madre soy cristiano homosexual
Mas qué importa
Soy cristiano homosexual
Madre soy cristiano homosexual

Quiero decir a todo el mundo, especialmente a aquellas personas que nos marginan, que nosotros los homosexuales somos normales como ellos verán, que no somos animales ni hijos del infierno, que ya llevamos por la vida una cruz muy grande, para que sobre ella nos tachen de "¿?", que piensen por un momento en la posibilidad de tener un hijo homosexual, mi intención no es insultar si no que me acepten como una persona más, por eso mismo aquí digo: Madre soy cristiano homosexual.



martes, 23 de septiembre de 2008

Schubert y el encantamiento

Quienes se pasan por aquí de vez en cuando saben que Schubert (como Vivaldi) es un autor con el que es fácil toparse. La razón de que tantas de sus obras encanten está en su encanto de él, esa virtud sin la cual (Stevenson lo dijo) todas las demás carecen de sentido. Y como el empeño de toda música es encantar, lo recordábamos sin ir más lejos hace unos días, pues no es extraño que vuelva cada dos por tres variando su canto de sirena...

1988. Como los médicos de Chiquito de la Calzada, un pianista con las gafas mu gRRaNNdeh nos hace llorar con su andantinoolll

lunes, 22 de septiembre de 2008

Cosas de clase: una interesante experiencia




Nuestro compañero José Carlos Belmonte, del IES González de Aguilar, de Ayamonte, quiere compartir una experiencia llevada a cabo en colaboración con instituciones públicas, entidades financieras y vecinos del pueblo en torno al acercamiento del mundo de la ópera, no sólo a alumnos del centro donde él es profesor de Música, sino a todo el que quisiera aparecer por la cafetería de Ángel durante los tres días en los que se desarrolló la actividad (la cafetería se llama “La Biblioteca”, desde aquí le hacemos una merecida publicidad).
José Carlos nos detalla minuciosamente la preparación y el desarrollo de las proyecciones de las óperas seleccionadas con el objetivo de contagiar al pueblo con su entusiasmo por este género musical y de impulsar la vida cultural de Ayamonte implicando a un buen número de personas que lo hicieron posible.
Las óperas seleccionadas fueron Rigoletto de Verdi, La flauta mágica de Mozart y El barbero de Sevilla de Rossini. Tras una introducción realizada por vecinos del pueblo aficionados a la música o relacionados con el mundo de la cultura, pasaban al visionado de la ópera, seleccionando las escenas de mayor relevancia para comprender mejor la obra. En determinados momentos, congelaban la imagen para explicar la acción y poner en antecedentes, si era preciso, a los asistentes. Algunos también hacían preguntas que se respondían “sobre la marcha” para ir entendiendo mejor la trama. Así iban llegando al final, tras casi dos horas de proyección en cada sesión, en la que había ido “desfilando” un público muy variopinto, en un principio compuesto en su mayoría por alumnos. Tras la proyección no quedaban tantos alumnos (cosa normal y esperada), pero sí un número considerable de adultos que preguntaban diversas cuestiones, transformando así el ambiente en una especie de “opera-forum” improvisada, en la que ahondaban en detalles y cuestiones más profundas de la ópera que habían visto, o de otras cuestiones relativas a los cantantes, los propios autores de las obras, etc. José Carlos comenta que en la segunda y en la tercera sesión aumentó el número de alumnos que se quedaban a charlar tras la proyección.
Dado que la información que nuestro compañero nos brinda es bastante amplia, si alguien está interesado en conocerla con todo lujo de detalles puede ponerse en contacto con él en esta dirección: belmonte63@yahoo.es

domingo, 21 de septiembre de 2008

SONES DE PALACIO, BAILES DE COMEDIAS




Ésta es la portada del disco que hemos grabado (toco en un grupo llamado CINCO SIGLOS) este verano y que, Dios mediante, saldrá el día 6 de octubre. Es el segundo de nuestro proyecto barroco (el anterior se llama GLOSAS NUEVAS SOBRE VIEJAS DANZAS) y el noveno de nuestra discografía, que ha venido dedicándose a explorar los estilos instrumentales que pudieron nacer del cruce de lo popular y lo culto...

No sé muy bien cómo presentar este trabajo, aunque tengo claro que me gustaría darlo a conocer a los visitantes del blog... Empezaré copiando un poquito del libreto. Espero no pasarme.

La figura de don Juan José de Austria (1629-1679) parece un emblema del programa musical que presenta este disco, cuyo ámbito cronológico es, no obstante, mucho más dilatado que el que enmarcara la vida del infante. La dualidad a la que alude nuestro título parece reflejarse en la propia existencia del noble bastardo. Don Juan era hijo natural de un rey y de una actriz y nació, por tanto, entre los bailes de comedias y los sones de palacio que le acabaría dedicando el compositor Gaspar Sanz (1640-1710) en las primeras ediciones de su célebre libro de guitarra.

En 1627, el rey Felipe IV conoció a María Inés de Calderón, llamada la Calderona y también Marizápalos, por la famosa tonada predilecta de la actriz. Fue durante el debut teatral de la muchacha en el Corral de la Cruz. María, que sólo tenía 16 años, estaba ya casada y era, además, amante de Ramiro Pérez de Guzmán, duque de Medina de las Torres y viudo de la hija del Conde-Duque de Olivares.

La relación entre el monarca y la comediante llegó a ser comidilla popular y provocó el enfado de la reina Isabel de Borbón. Cuando, para presenciar las fiestas, el rey cedió a María un palco privilegiado de la Playa Mayor, la esposa montó en cólera. A partir de entonces, la actriz fue puesta en un lugar más discreto de la Plaza que el pueblo bautizaría como «balcón de Marizápalos».

Tras el nacimiento de Juan José de Austria (el 7 de abril de 1629), termina la relación entre la actriz y el rey. María Calderón sigue en Madrid hasta que, en marzo de 1642, se le ordena ingresar en el monasterio benedictino de San Juan Bautista, en Valfermoso de las Monjas (Guadalajara), donde ejercerá de abadesa entre los años 1643 y 1646.

Estas eran las cosas que pasaban en la España del Barroco. Y, por más que a veces hicieran “disonancia grande con la buena opinión de los príncipes”, muestran que la separación cultural y humana entre lo noble y lo plebeyo no siempre era precisa.

Lo culto, a menudo de importación, y lo popular, fraguado en el complejo crisol que constituye la hispanidad, son los ingredientes que, en una variedad impresionante de juegos, influencias, alternancias y confusiones, constituyen el singular aroma del aire español de los siglos XVII y XVIII.

El teatro, tanto el cortesano de coliseos y palacetes como el popular de los corrales de comedias, bebe de ese ambiente cultural que también mezcla lo grotesco y lo sublime. La receta que da Lope de Vega es bien clara:

Lo trágico y lo cómico mezclado,
y Terencio con Séneca, aunque sea
como otro Minotauro de Pasife,
harán grave una parte, otra ridícula;
que aquesta variedad deleita mucho.

La obra que se representa sobre las tablas va dando cuenta de la que surge enfrente: en el patio donde se agolpan los mosqueteros, en las gradas de los artesanos y mercaderes, en la cazuela de las mujeres, tras las ventanas a las que se asoman clérigos y poetas, al otro lado de las celosías de los aposentos desde los que miran los nobles.

Es la desmesurada pasión barroca por el teatro, nido al abrigo del que, o bien nacieron, o bien adquirieron el vigor de la fama las piezas que presentamos. También, con la contribución de las escuelas de baile, fue el responsable de la larga vida de estos temas musicales, muchos de los cuales usaron los músicos para sus glosas. Reparemos, por ejemplo, en que los esquemas musicales que utilizan las piezas más antiguas de nuestro programa, las atribuidas a Góngora, son los mismos que aparecen en las fuentes más tardías: Santiago de Murcia, Pablo Minguet, etc. A veces, como ocurre con la gallarda, se trata hasta del mismo tema armónico.


En aquellas largas sesiones de espectáculo, la comedia ocupaba el lugar relevante, pero no el único: la fiesta estaba constituida por una suma de piezas de distinto género, de manera que, durante toda la tarde, el escenario nunca quedara vacío: música instrumental de entrada, entremeses, loas, bailes, jácaras y mojigangas se intercalaban entre los actos de la comedia.

Pero el mundo de los comediantes, con sus músicas teatralmente sublimes o burlescas, sus exageraciones cómicas, sus bailes acrobáticos y sus chanzas, no se quedaba ahí; desbordaba los corrales. A veces, las compañías visitaban a los reyes en sus pabellones de recreo si el temporal arruinaba una jornada de caza. Y animaban las madrugadas de alegría de los poetas. Las de Luis de Góngora y Argote (1561-1627), por ejemplo, uno de los protagonistas, según hemos adelantado, de la música que contiene este registro.

Por una visita que en 1588 hizo un celoso obispo al cabildo, descubrimos cuál era la vida que hacía el joven racionero y poeta cordobés. Vemos que le gustaban las corridas de toros, la música, el teatro, componer versos satíricos y andar con cómicos... "Vive como muy mozo y anda de día y de noche en cosas ligeras; trata representantes de comedia y escribe coplas profanas". Ése era el quinto cargo que le hacía el obispo. A lo que Góngora contesta: "Al quinto, que ni mi vida es tan escandalosa ni yo tan viejo que se me pueda acusar de vivir como mozo. Que mi conversación con representantes y con los demás de este oficio es dentro de mi casa, donde vienen como a las de cuantos hombres honrados y caballeros suelen, y más a la mía, por ser tan aficionado a la música".

La sensibilidad musical del cordobés se manifiesta no sólo en la construcción de sus versos, sino también en las múltiples alusiones a sonidos, silencios, músicas e instrumentos que encontramos en toda su obra... Es muy probable incluso que él mismo tocara la bandurria ("En mi aposento otras veces/una guitarrilla tomo…", "cantar quiero en mi bandurria…") y, de ser eso cierto, acaso le pertenezcan las piezas en tablatura que se conservan en los folios 433-438 de un volumen que lleva el título de Obras Poéticas de Don Luis de Góngora y Argote. Es el manuscrito 4118 de la Biblioteca Nacional, uno de los considerados "buenos" de cuantos contienen las obras del poeta. Quienes defienden la autoría gongorina de esos fragmentos de música en cifra (Francisco A. de Icaza, que las dio a conocer en 1916; Pepe Rey, que volvió sobre ellas y las transcribió en 1993), al igual que quienes la cuestionan (Miguel Querol), dan numerosos datos sobre la formación musical del cordobés, su relación con músicos de la época y su inclinación por la bandurria…

Menos conocido, a pesar de haberlo publicado Dámaso Alonso hace más de cuarenta años, es el episodio biográfico de don Luis en el que nos detendremos un momento. No sólo abunda en la vinculación de Góngora con la cuerda pulsada; también, en la teatralidad que caracterizaba su personalidad extremosa.

"En Córdoua doze días del mes de Agosto de mill e quinientos e noventa e siete años" Góngora emprende acciones legales contra Jerónimo de Camargo y Antonia de Quijano porque, según dice, le pidieron prestada una tela que él había comprado en Madrid con intención de hacerle un manto a la Virgen de Villaviciosa; se queja porque se niegan a devolvérsela. Eran dos varas y media y dice que estima su valor en cuarenta ducados. Pide que la justicia apremie a la pareja para que o le devuelva la tela o le pague su valor. Dos días después, el alguacil interroga a doña Antonia, quien declara "que puede aber seis meses poco más o menos, que don Luis de Góngora, rraçionero de la Santa Yglesia de Córdoua, dio y entregó a esta que declara vn pedaço de tela para que se quedara con ella en pago de vn reboçiño de terçiopelo y vn coxín y vn portamanteo, que el dicho don Luys de Góngora le debía a esta que declara, y más vna guitarra y çinquenta rreales y otros vienes, que todo balía quarenta e quatro ducados poco más o menos, todo lo qual a pedido muchas vezes a el dicho don Luys de Góngora y no se los a dado ni pagado". Así, considera que la tela era "parte de pago de los marauedís que le debía". Siguen otros documentos de poderes y fiadores, testimonios de testigos, etc. Al final, falta la resolución...; y nos quedamos sin saber en qué paró el pleito que muestra el aprecio que el poeta sentía por aquella guitarrilla o "bigüela de ébano" (madera emblemática, por cierto, en la laudería española), como se dice en la documentación indistintamente, que, junto al portamanteo, venía a "valer ocho ducados".

De las tres piezas del manuscrito que están completas (una cuarta es sólo un fragmento) dos llevan título: Gallarda por la e y Jácaras por la e. La otra, que fue llamada arbitrariamente "Rondeña" por su primer transcriptor de 1916 (Lorenzo González Agejas), es en realidad una pieza del género más ubicuo de cuantos practicaron los músicos españoles del Barroco: el pasacalle.


Voy a cortar aquí ya. Pondré dos cortes del disco. El primero, la jácara de Góngora que abre el disco.





Y el segundo "El amable variado", una versión glosada del tema de la loure "Aimable vainqueur" de la ópera Hesione de Campra, que se hizo famosísimo en España como baile y tema para glosas. Nuestra versión se basa en los tratadistas Pablo Minguet y Ferriol y Boxeraus.



El grupo está formado por

MIGUEL HIDALGO, guitarra, archilaúd y dirección
ANTONIO TORRALBA, flautas
GABRIEL ARELLANO, violín barroco
JOSÉ INGNACIO FERNÁNDEZ, bandurria barroca
DANIEL SÁEZ, colachón
ANTONIO SÁEZ, percusión


Un funeral

Vengo de un funeral, el del tío de Juan Sebastian Bach, Tobias Lämmerhirt. Iba sólo a dar la cabezá, pero luego me he quedado por la música.

La sonatina inicial es una de las obras maestras de Bach. El mármol frío de las flautas dulces y el calor de las violas...

Luego el coro nos dice de qué se trata

2a. Chor
Gottes Zeit ist die allerbeste Zeit.
In ihm leben, weben und sind wir,
so lange er will.
In ihm sterben wir zur rechten Zeit,
wenn er will.

2a. Coro
El tiempo de Dios es el mejor de todos.
En él vivimos, nos movemos y estamos,
tanto como Él quiera.
En él moriremos en el tiempo fijado,
cuando Él quiera.





Ahora un doble memento mori con conclusión coral. Una plegaria contemplativa, primero

2b. Arioso (Tenor)
Ach, Herr, lehre uns bedenken
daß wir sterben müssen,
auf daß wir klug werden.

2b. Arioso (Tenor)
Ah, Señor, enséñanos a recordar
que debemos morir,
a fin de adquirir sabiduría.


Una apremiante invitación a estar preparado:

2c. Arioso (Baß)
Bestelle dein Haus,
denn du wirst sterben
und nicht lebendig bleiben!

2c. Arioso (Bajo)
Ten preparada tu casa,
porque vas morir
¡y no vivirás más!

Y la conclusión o fusión de los dos mensajes anteriores:

2d. Chor und Arioso (Sopran)
Es ist der alte Bund:
Mensch, du mußt sterben!
Ja, komm, Herr Jesu, komm!

2d. Coro y Arioso (Soprano)
Es la antigua alianza:
Hombre, ¡tú debes morir!
¡Sí, ven, Señor Jesús, ven!




La entrega, en voz de viola de gamba y contralto:

3a. Arie (Alt)
In deine Hände befehl ich meinen Geist;
du hast mich erlöset, Herr, du getreuer Gott.

3a. Aria (Contralto)
En tus manos encomiendo mi espíritu.
Tú me has redimido, Señor, Tú, leal Dios.

Llega el momento cumbre, porque ahora oímos la voz de Jesús con la frase más bonita de la Biblia (Hoy estarás conmigo en el Paraíso) bajo la que nos estremece nuestra propia entrega en forma de coral. Se nos ponen los vellos de punta porque es nuestro subsconciente el que se suma al bajo

3b. Arioso (Baß) und Choral (Chor)
Heute wirst du mit mir im Paradies sein.
Mit Fried und Freud ich fahr dahin
in Gottes Willen,
getrost ist mir mein Herz und Sinn,
sanft und stille;
Wie Gott mir verheißen hat:
der Tod ist mein Schlaf worden.

3b. Arioso (Bajo) y Coral (Coro)
Hoy estarás conmigo en el Paraíso.
Con paz y alegría debo partir
según la voluntad de Dios.
Consolados siento mi corazón y mi alma,
sereno y tranquilo.
como Dios me ha prometido:
la muerte ha devenido en mi sueño.


Tras tanta belleza, la magistral fuga triunfal del fin, a mí al menos, me devuelve a la realidad. Me dice que todo ha sido un truco de Bach. Por si hay duda las flautas le hacen burla al amen final. Lo remean, como se dice por aquí

4. Chor
Glorie, Lob, Ehr und Herrlichkeit!
Sei dir Gott, Vater und Sohn, bereit,
Dem heilgen Geist mit Namen;
Die göttlich Kraft
Macht uns sieghaft
Durch Jesum Christum,
Amen.

4. Coro
¡Gloria, alabanza, honor y majestad!
Sean para Ti, Dios, que eres Padre e Hijo,
en unión del Espíritu Santo.
El poder divino
nos hace victoriosos
por Jesucristo.
Amén.




Traducción de los textos: Jesús Iragui-Yoldi
Los intérpretes, en el propio vídeo

viernes, 19 de septiembre de 2008

Limones



El limón es una fruta muy bonita. Pero la atracción que tiene para mí está sobre todo en la cáscara... No puedo tener delante un limón sin morder la cáscara. Primero un trozo. Y luego la totalidad. La imagen lamentable (y ya cinematográfica) del desabastecimiento hogareño (un frigorífico con sólo un limón), en mi caso, sería con el limón además pelado. Doble desvalimiento. A la vista, los más atractivos son los limones cascarúos, aunque luego decepciona su falta de acidez. El ideal sería un limón cascarúo con la acidez de uno pelifino. Me gustaría saber si esta pasión limonera puede ser un síntoma de alguna carencia física o afectiva... ¿A algún visitante de este bolg le pasa o tiene conocimientos? Esto es un off topic, pero como es un off topic como la pata de un piano, pues ya conectamos. Además, está el Fary comiendo limones. Y ya estamos musicales otra vez.

martes, 16 de septiembre de 2008

MIL VIDAS (COSAS DE CLASE)

Fran Martínez (antiguo alumno y ahora compa) me ha mandado una actividad inicial sobre una canción de Nach que me ha gustado mucho. La elección de la canción y la actividad. Trata de la cultura y la historia como forma de vivir más vidas, de salir de nuestros condicionantes espaciales y temporales. Hay ingenuidad rapera, claro. Pero de eso se trata... No detallo las actividades que propone Fran porque creo que, aunque muy adecuadas, cada uno puede inventarlas a partir de las características de sus alumnos. Por cierto, una podría ser corregir las numerosas faltas de ortografía que se le han escapado a la persona que ha colocado la letra junto a este video en la
página de youtube.

lunes, 15 de septiembre de 2008

Piensa ahora, querido amigo, en el tierno corazón de los niños

"Piensa ahora, querido amigo, en el tierno corazón de los niños, y en la inocencia con que, por ser ellos tan queridos de Dios, actúan siempre. Pues de esta naturaleza son también los que tenemos en Obaba, y da alegría verlos siempre juntos y siempre corriendo; corriendo alrededor de la iglesia, además, ya que tienen el convencimiento de que, una vez dadas once vueltas alrededor de ella, la gárgola de la torre romperá a cantar. Y cuando ven que a pesar de todo no canta, entonces ellos, sin perder la ilusión, atribuyen el fracaso a un error de cuentas, o a lo rápido o a lo lento que se han movido, y porfían en su empresa".

Bernardo ATXAGA, Obabakoak.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Nunca fue tan hermosa la basura

«Aquí me veis, viajero
de un tiempo que se pierde en la espesura
del paso y el me da lo mismo... pero
nunca fue tan hermosa la basura»

(Juan Bonilla, "Treintagenarios", en Partes de Guerra, Pre-textos, Valencia, 1994, p. 27).

Lo leo en una conferencia de José Luis Pardo, que recomiendo.

sábado, 13 de septiembre de 2008

Panfleto

Nuestra compañera Ana del Moral me pide que publique este escrito.


Tengo una alumna, magnífica actriz y preciosa muchacha, seria, inteligente, que a principios del curso pasado quería estudiar “algo relacionado con el periodismo” y ha acabado matriculada en un ciclo formativo de grado medio de comercio. En ella pensaba cuando escribía estas líneas (no sé de dónde me viene la afición… pero me encanta escribir panfletos). Mis compañeros se sorprendieron muchísimo al verla interpretar el papel de Poncia en La casa de Bernarda Alba. Decían: “de dónde habrá sacado ese talento… de su familia desde luego que no”. Tengo otra alumna, menos agraciada, procedente de un hogar con historial de delincuencia y malos tratos, que como premio a su increíble interpretación del papel de Angustias (“esto si que es increíble del todo”) ha conseguido que la incluyan en un PCPI donde en principio no había sitio para gente tan problemática como ella. Yo todavía no sé que significan exactamente esas siglas; ella las traduce como Programa para Zubnormales y Para Inútiles, y se ríe. También pensaba en ella al escribir mi último panfleto.
Mis compañeros creen en los milagros, pero no parecen creer en nada más; a los miembros de la directiva de mi instituto no los considero compañeros.



Mi último panfleto

Desde mi perspectiva como profesora del ámbito humanístico, vengo observando que el sistema educativo está intentando dar cauce a la diversidad de las aulas fundamentalmente mediante dos vías que no me parecen adecuadas: la nueva apuesta de la administración de implantar la formación profesional desde niveles que cursan niños de trece o catorce años y el tradicional desprestigio de las humanidades desde que, al menos yo, tengo uso de razón (sé que en otras épocas no fue así). Veo como vamos acercando a nuestros alumnos (porque no son ellos los que se acercan por inquietudes o preferencias) a una salida laboral rápida que los acomode cuanto antes en el mundo que les ha tocado vivir, y a la vez pretendemos educarlos como ciudadanos libres y responsables… pretendemos hacer este experimento con “ciudadanos libres” sin posibilidad apenas de reflexionar sobre el espíritu del ser humano y “ciudadanos responsables” sin apenas responsabilidades distintas a las que les impone el sistema educativo, en general el sistema capitalista. Me parece una idea válida si consideramos los tiempos que corren, donde hay que tener estudios específicos para ser dependiente en una tienda de ropa, lo que no entiendo es que en un centro de enseñanza cada vez se reúnan menos las circunstancias que puedan llevar a un adolescente a querer cambiar el mundo, al menos su mundo interior.
Sobre esta idea se cimienta la propuesta educativa que quería desarrollar como miembro del Departamento de Actividades Extraescolares: sobre la repulsa que siento ante ese paisaje que me parece desolador y la voluntad de transformarlo hasta donde sea posible con un proyecto esencialmente cultural. Un proyecto propio, no la realización de los cien proyectos raquíticos que esboza la administración con motivo del Día de la Mujer, el Día de la Paz, el Día de Europa y el Día del Juicio, llenos de buenas intenciones sobre el papel impreso, para que los asumamos nosotros y rindamos cuentas mediante procedimiento burocrático. Mi pretensión era otra muy distinta: ayudar a que las iniciativas culturales, especialmente de ámbito humanístico, surgidas de nuestro instituto saliesen adelante en las mejores condiciones posibles… hasta que sea posible desvolverles su antiguo prestigio.
La vicedirección me dice que esto no es posible, que en este instituto se imparten enseñanzas “muy amplias” y que, en consecuencia, el Departamento de Actividades Extraescolares debe programar por igual actividades culturales, lúdicas y de orientación a la formación profesional. Yo digo que no pienso organizar partidos de fútbol, juegos de cartas o excursiones a parques temáticos, ni recibir a las Fuerzas Armadas ni a ningún empresario emprendedor. Eso no es posible y reina el silencio.
Con este escrito rehúso a formar parte del Departamento de Actividades Extraescolares, informo al claustro de esa vacante y me desvinculo manifiestamente de las políticas educativas y de los silencios de este centro.


Ana del Moral

viernes, 12 de septiembre de 2008

Una abeja está libando en una flor...

Ahora que quizás estamos pensando en objetivos me ha parecido muy oportuno (además de hermoso) este texto que nos envía Ana. Es de Guerra y paz.


Una abeja está libando en una flor y pica a un niño; el niño teme a las abejas y cree que su objetivo es picar a la gente. El poeta admira a la abeja que se posa en el cáliz de la flor y asegura que el objetivo del insecto es extraer el aroma de las flores. El apicultor que ha observado que la abeja recoge el polen y el dulce jugo de las flores y los traslada a la colmena dice que el objetivo de la abeja es elaborar la miel. Otro apicultor, que ha estudiado más de cerca la vida del enjambre, demuestra que la abeja ha recogido el polen y el néctar para criar a las abejas jóvenes y elegir a la futura reina y que, por tanto, el objetivo de la abeja es la continuación de la especie. El botánico observa que, al volar con el polen de una flor masculina a una femenina, la abeja fecunda a esta última, y ve en ello el papel del insecto; otro, contemplando la migración de las plantas, considera que la abeja contribuye a ello y puede decir que ese es su objetivo. Pero el objetivo último de la abeja no se limita a ninguno de esos fines que el hombre puede descubrir. Cuanto más elevada sea la inteligencia del ser humano que estudia esos objetivos, tanto más evidente se hace que su objetivo final es inaccesible.

El hombre sólo puede observar la concordancia de la vida de las abejas con otros fenómenos de la existencia. Y eso mismo cabe decir con respecto al objetivo de los personajes históricos y de los pueblos.

LEV TOLSTÓI. Guerra y paz. Trad. de Lydia Kúper

jueves, 11 de septiembre de 2008

Consejos

Cuando hace unos años los profesores de instituto recibimos los dos contingentes que generosamente nos donaban nuestros colegas maestros (el 7º y 8º de la EGB) y nuestros colegas profesores de FP (los alumnos del primer grado de aquellas enseñanzas) nos encontramos con que no sabíamos cómo manejar psicológicamente las situaciones bastante novedosas que se nos presentaban...
Como llevo veinte años en la profesión, aunque aún no he aprendido todas las claves del manejo de esas situaciones nuevas, algunos colegas jóvenes me piden consejo sobre éste tema. Por ayudar un poco, normalmente les digo que no traten a los niños como adultos (es error frecuente de los profes jóvenes hablar a los niños como si fueran universitarios), sino como niños, en clave un poco paternal, tanto en la reprimenda, como en el ánimo. Etc.
Pero hoy quiero ofrecer (y ofrecerme) en realidad otro consejo para quienes no hayamos podido o querido huir del todo del primer ciclo de la ESO. Porque he observado que un problema nada baladí es la comprensión clara de instrucciones sencillas...
Se trata del visionado atento del programa de César Millán EL ENCANTADOR DE PERROS.
Ni que decir tiene que no pretendo hacer comparaciones simples y amorales del tipo perro-niño, encantador-profe, dueño-padre, ni nada por el estilo.
El interesado habrá de esforzarse en seleccionar y adaptar inteligentemente las enseñanzas del programa a las situaciones concretas y diferentes con que se encuentre.

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Cosas de clase: El hombre orquesta

Dani nos manda este corto de animación de Pixar



www.Tu.tv

martes, 9 de septiembre de 2008

Cumpleaños

Hoy cumple el blog un año. Mientras no aumente la vida media de los blogs eso equivale a 18 años en la vida de los humanos.

Muchas gracias a cuantos lo visitáis.

Y para celebrarlo un juguete de Haendel sobre el paso del tiempo en dos de las voces más bonitas de la historia:

Quel fior che all'alba ride, HWV 192 (1741)

Emma Kirkby, soprano
Judith Nelson, soprano
Susan Sheppard, violoncello
Christopher Hogwood, clave
Grabación:1980. Enlazo el vídeo del proyecto en youtube HandelCantatas.




Quel fior che all'alba ride
il sole poi l'uccide,
e tomba ha nella sera.

È un fior la vita, la vita ancora:

l'occaso ha nell'aurora,
e perde in un sol dì la primavera.

La flor que al alba ríe
al poco el sol la fríe,
y a la tarde morirá.

Como una flor la vida, la vida acaso:

lleva en la aurora el ocaso,
y en un día la primavera perderá

domingo, 7 de septiembre de 2008

Butes

Mi amiga Ana me ha traído de París un libro de Pascal Quignard publicado este año por la colección LIGNES FICTIVES de ÉDITIONS GALILÉE. Se titula Boutès y en él el autor retorna a la música como tema central. Varía ideas expresadas en otros libros, en especial, El odio a la música, La lección de música, Todas las mañanas del mundo y Sur le jadis: el carácter prehumano de algunos aspectos de lo musical, su conexión con la muerte... Y, sobre todo, las relaciones con la pérdida, con la añoranza de lo perdido. Traduzco un fragmento:

La música comienza por murmurar a la oreja de quien la ama y se abandona a su envolvente canto hasta perder identidad y lenguaje: acuérdate, un día, en otro tiempo, perdiste lo que amabas. Recuerda que un día perdiste absolutamente todo, todo lo que era amado. Acuérdate de lo infinitamente triste que es perder lo que se ama.





Ahora es Butes el personaje que encarna ese abandono. Algunas fuentes refieren que cuando los argonautas pasaron junto a las sirenas, Orfeo empezó a tocar una pieza para contrarrestar la influencia del canto atrayente de las mujeres con cabeza de pájaro; canto contra el que todo antídoto parecía poco: atarse al mástil, echar cera en los oídos de los remeros... Pero un argonauta, Butes, no resiste la tentación y abandona la sociedad del barco para lanzarse al mar...

En el último capítulo (el XVII) Quignard refiere con algo más detalle que en otros libros los aspectos de su biografía que tienen que ver con el abandono del ejercicio de la música, de su destino familiar como organista:

He vuelto a los lugares donde me abandonaste. He entrado en el jardín. Cada música tiene algo que ver con alguien que perdimos. Y como me parecía que la música tenía algo que ver con la pérdida, con una mujer desaparecida, con un mundo de mujeres perdido, y como había querido definir la música como el deseo irresistible de aproximarse al retorno imposible de ese mundo que nos precede, he visto de pronto tu cara...

La parte final de ese capítulo me gusta especialmente:

Era piadosa sin creer. Incluso muy piadosa. Salíamos temprano. Me dirigía con ella a la iglesia en que tocaba. Se detenía un momento en la entrada. Metía de pronto la mano en el bolsillo del abrigo. Sacaba bruscamente un pañuelo de cabeza que anudaba con un doble nudo justo bajo el mentón. Ajustaba el foulard sobre sus cabellos antes de penetrar en la penumbra y el frescor de la iglesia. Me separaba de ella para dirigirme a la sacristía. Yo amaba esa iglesia a la que íbamos los dos con mucho tiempo, antes de que tocaran para la misa mayor. Me gustaba el órgano, a pesar de su sonido débil y su deterioro, las lengüetas de estaño ligeras y endebles, los tirantes redondos de porcelana azul de los registros, flautados, violas de gamba, golosinas de los fantasmas [no sé si esto último (douceurs des fantômes) es un registro de órgano: creo que no; importa poco, porque los nombres de los registros ya son metáforas]. No había ni un solo escalón seguro en la escalera de caracol que llevaba a la tribuna. Había que subir con cuidado. Todo temblaba. Temía que me temblaran también los pies y las manos al tocar. Me daba miedo de que ella me oyera. Quería por encima de todo que me escuchara, pero lo temía también. Antes de la misa, una puerta pequeña daba a los servicios. Había una alfombrilla grisácea. La ventanilla de madera oscura barnizada. Encastrado en el muro había un lavabito apenas lo bastante grande para que cupieran mis manos, una pastilla de jabón que olía a agua de colonia, una manopla, un espejo, un tubo de neón. Una toalla colgaba de un clavo.

jueves, 4 de septiembre de 2008

El silencio




El silencio no es en general algo deseable. Es lo que hay antes y después de la vida; y también a veces manifestación del terror; como el que intentaba instaurar con esa palabra, al comienzo y al final del drama, la célebre tirana de la obra de García Lorca.

Por eso, cuando reivindicamos el silencio en las ciudades (o en los mucho más ruidosos pueblos) de nuestra geografía hablamos de otras cosas. Fundamentalmente de dos: del derecho a tener cierto protagonismo en la elección de eso que de forma cursi llaman “paisaje sonoro”. Y dos: del deseo de que éste no se aparte demasiado del constituido por los fenómenos sonoros “naturales”, esto es, en líneas generales, por los producidos al margen del petróleo y la electricidad: pasos, pájaros, voces, gatos, meteoros…

La primera cuestión depende mucho de la ley y también de la educación. La segunda depende mucho de la educación y también de la ley. Como uno tiene bastante más fácil librarse de ver Dos pringaos mu fumaos que de escuchar la última canción de Manolo García (por la indefensión natural del del oído), está claro que es la ley la única que puede defender a este débil sentido estableciendo leyes de “discriminación positiva”; prohibiendo, por ejemplo, el hilo musical en los lugares públicos. Cuando el disco se repite una y otra vez en un hotel, el hilo se te enmaraña dentro, se vuelve cadena y luego barrote. Eso no es un paisaje sonoro, unas vistas a las que me asomo: es una cárcel dentro del cerebro.

Estando ese primer asunto de la libertad auditiva bien atrasado, del segundo ya ni hablamos: ¿cuando entrará el placer auditivo en consideración a la hora de diseñar plazas, ciudades, casas, bares, jardines….?

“El silencio de la nieve, pensaba el hombre que estaba sentado inmediatamente detrás del conductor del autobús. Si hubiera sido el principio de un poema, habría llamado a lo que sentía en su interior el silencio de la nieve” (Orhan Pamuk, Nieve. Trad. Rafael Carpintero)

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Duelo de bailes

De la mano de Vicentín, discotequero chimobayero levantino, podemos repasar nueve bailes nueve:

1.- La sierra sexy
2.- El gallo (con final latino)
3.- Bamboleo picante
4.- Me estoy quemando en las llamas del infierno
5.- Baile de los focos
6.- El hombre orgulloso
7.- Sanfermines en fiestas
8.- La culebra sexy
9.- El gusano picante

martes, 2 de septiembre de 2008

Las flechas del amor

Haendel: Tanti strali, Duetto XII, HWV 197.
Hay muchas versiones de este dúo maravilloso. Yo me acostumbré a la de René Jacobs y Judith Nelson (por esta última), que es de 1978. He encontrado en youtube, colgadas por thebarroque, dos versiones mucho más modernas: la de Claycomb y Mingardo (2002) y la de Suzie LeBlanc y Derek Lee Ragin (1996).

La partitura está aquí.

El texto completo es:

Tanti strali al sen mi scocchi
quante stelle sono in ciel:
tanti fior, quanti ne tocchi,
s’innamorano al tuo bel.

Ma se l’alma sempre geme,
nell’amor arsa e consunta,
questo avvien perch’arde e teme
dal tuo cor esser disgiunta.

Dunque annoda pur, ben mio,
di catena immortale anch‘il desio.




lunes, 1 de septiembre de 2008

Jakobson

Esto pasó en Córdoba, en el número 10 de la calle Carlos Rubio. Esa calle estrecha es conocida también como “calle del Baño”, por albergar justo en el número citado las ruinas de unos años árabes que debieran estar habilitadas para su visita desde hace baños. Hace ya meses un equipo de arqueología estaba haciendo trabajos. La puerta metálica permanecía abierta por las mañanas y dejaba ver un poco del interior del inmueble. Tres mujeres miraban y, por turnos, decían cosas como: “¡qué interesante!”, “¡mira qué bonito por arriba!”, “¡esto debería poder disfrutarse!”, “¡y está muy bien conservado!”, “con un simple lavado de cara quedaría perfecto”… En ese momento asomó, desde dentro de una zanja, primero la hucha trasera y luego los tres cuartos superiores de un corpudo albañil que, volteándose, sonrió a las damas: “–Están hablando de mí, ¿verdad? Gracias, gracias.”

La anécdota demuestra la importancia de lo que Jakobson llamaba el referente (aquello a lo que se refiere el mensaje), elemento fundamental (junto a los otros cinco, claro) en el esquema de la comunicación. Pero uno no aprende. Siguiendo con cosas de arqueología, el otro día visitando el Teatro Romano de Cádiz, aunque yo debía saber a lo que se refería la guapa guía, no sé por qué (igual se me cruzó la anécdota anterior) pensaba a ratos que hablaba de sí misma (¡es tan difícil mirar piedras cuando hay personas!) y me confundía: “Aquí han dejado su semilla gentes de toda raza, cultura y condición…”